Al fondo , frente a la entrada , formando cuerpo con el muro de basalto y rodeado de altas pilas de troncos , sedistinguía un horno de piedra de un metro de altura , permanentemente avivado por uno de los operarios más viejos . A su lado , con el torso brillante por el sofocante calor , otro de los artesanos machacaba con un mazo una polvorienta y lechosa mezcla que iba trasvasando desde aquellos pequeños sacos de arpillera a la concavídad circular practicada en la parte superior de una maziza y negrzca mole pétrea que le servía de mesa .
Al vernos , el individuo que atizaba el fuego se apresuró a recibirnos , mostrando con orgullo la variadísima colección de vasijas , frascos para ungüentos y recipientes de toda índole que descansaban en el adoquinado de los pabellones , sobre extensas y amarillas esteras de hoja de palma . Le advertí que , de momento , sólo me movía la curiosidad y , como buen fenicio , lejos de mostrarse contrariado , se brindó locuaz y calculador a responder y satisfacer cuantas preguntas o dudas tuviera abien formularle . Azemilkos , el propietario del taller , no supo aclararme los orígenes de aquella industria en Nahum . Él la había heredado de su padre y éste , a su vez , del suyo . Algunos de los más viejos artesanos - eso sí lo recordaba - se habían asentado en la villa muchos años atrás , procedentes de Egipto , de donde trajeron las técnicas del fundido , soplado y preparación de las mezclas . Éstas , por lo que pude deducir , se llevaban a cabo a base de arena , polvo , sosa y cal . Una vez mezclados y triturados estos materiales - cuyas proporciones formaban parte del << secreto profesional >> del fenicio - eran sometidos a elevadas temperaturas - << hasta alcanzar el calor del sol en el horizonte >> ( posiblemente alrededor de los 1 500 ºC -, obteniendo así una masa fluida y de una aceptable homogeneización . Acto seguido , la rojiza pasta era trasvasada a unos calderos de metal , dejando que reposara . Las impurezas y partículas no disueltas subían a la superficie , formando lo que Azemilkos denominó la << hez del vidrio >> . Por último , al disminuir la temperatura , la masa adquiría la viscosidad necesaria para que los << especialistas >> pudieran trabajarla . Para ello - siguiendo la técnica del soplado -, << enganchaban >> una porción de pasta en el extreno de un tubo de hierro , inyectando aire en el interior del vidrio . Esta operación , naturalmente , se ejecutaba << a pulmón >> .Quedé maravillado ante la destreza del << jefe >> . En cuestión de segundos , tomando aire en cortas y rápidas inspiraciones , logró hinchar una de las ampollas , convirtiéndola , con varios y diestros tajos , en una prometedora y hermosa vasija .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Al vernos , el individuo que atizaba el fuego se apresuró a recibirnos , mostrando con orgullo la variadísima colección de vasijas , frascos para ungüentos y recipientes de toda índole que descansaban en el adoquinado de los pabellones , sobre extensas y amarillas esteras de hoja de palma . Le advertí que , de momento , sólo me movía la curiosidad y , como buen fenicio , lejos de mostrarse contrariado , se brindó locuaz y calculador a responder y satisfacer cuantas preguntas o dudas tuviera abien formularle . Azemilkos , el propietario del taller , no supo aclararme los orígenes de aquella industria en Nahum . Él la había heredado de su padre y éste , a su vez , del suyo . Algunos de los más viejos artesanos - eso sí lo recordaba - se habían asentado en la villa muchos años atrás , procedentes de Egipto , de donde trajeron las técnicas del fundido , soplado y preparación de las mezclas . Éstas , por lo que pude deducir , se llevaban a cabo a base de arena , polvo , sosa y cal . Una vez mezclados y triturados estos materiales - cuyas proporciones formaban parte del << secreto profesional >> del fenicio - eran sometidos a elevadas temperaturas - << hasta alcanzar el calor del sol en el horizonte >> ( posiblemente alrededor de los 1 500 ºC -, obteniendo así una masa fluida y de una aceptable homogeneización . Acto seguido , la rojiza pasta era trasvasada a unos calderos de metal , dejando que reposara . Las impurezas y partículas no disueltas subían a la superficie , formando lo que Azemilkos denominó la << hez del vidrio >> . Por último , al disminuir la temperatura , la masa adquiría la viscosidad necesaria para que los << especialistas >> pudieran trabajarla . Para ello - siguiendo la técnica del soplado -, << enganchaban >> una porción de pasta en el extreno de un tubo de hierro , inyectando aire en el interior del vidrio . Esta operación , naturalmente , se ejecutaba << a pulmón >> .Quedé maravillado ante la destreza del << jefe >> . En cuestión de segundos , tomando aire en cortas y rápidas inspiraciones , logró hinchar una de las ampollas , convirtiéndola , con varios y diestros tajos , en una prometedora y hermosa vasija .
Autor : J.J.benitez
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Antonio Martinez
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