La noche había caido ya sobre las lejanas luces de Tel Aviv . Crucé despacio los escasos metros que nos separaban del edificio terminal del aeropuerto , disfrutando de aquel firmamento limpio y sosegado :el mismo que , 1956 años atras , había contemplado Jesús de Nazaret . Y noté cómo mis rodillas temblaban . Israel siempre me ha fascinado . Mucho más , sin lugar a dudas , desde que conozco el Diario del mayor .
Mi objetivo en aquella primera jornada en Tierra Santa era muy simple . Viajar a Jerusalén , instalarme y << tomar posiciones >> . Había que arrancar por algún sitio y , despues de no pocas indecisiones y de doblegar mi instinto periodístico , consideré que lo más práctico era demorar mi exploración a las ruinas bíblicas de Hazor . Mi genética tendencia al análisis - tan propia de los Virgo - me distaba otra labor previa , esencial para un buen funcionamiento del plan . Antes de marchar al norte convenía estudiar , repasar y bucear en toda la bibliografía existente sobre cada vez más atrayente Hazor . Es más , en mi diario de << abordo >> aparecía , en rojo , una autorrecomendación , tal vital como el referido chequeo a los textos y documentos arqueológicos : << Interrogar a los especialistas . >> Pero , como se verá más adelante , tal y como suele sucederme con frecuencia , un poco meditado giro en las pesquisas me retrasaría sensiblemente .
En realidad , mis preocupaciones - por si no eran pocas - se vieron incrementadas allí mismo , frente a la cinta transportadora de equipajes . Todo parecía discurrir con normalidad - incluyendo la siempre delicada revisión del pasaporte - cuando , de pronto , alguien se plantó ante mi . Recuerdo que me hallaba absorto en la inútil tarea de adelantar mi relloj en una hora , con el propósito de ajustarme al horario de Israel . Y digo << inútil >> porque jamás me he llevado bien con estos artilugios electrónicos ...
- Shalom ! Bien venido a Israel , señor Benítez ...
Levanté la vista y , perplejo , distinguí a un individuo joven , enjuto y de aspecto nórdico . Sonreía socarronamente , divertido quizá ante mi estúpida mueca de asombro. Hablaba un correcto castellano , con ese indeleble y característicos acento de los argentinos .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martines
Mi objetivo en aquella primera jornada en Tierra Santa era muy simple . Viajar a Jerusalén , instalarme y << tomar posiciones >> . Había que arrancar por algún sitio y , despues de no pocas indecisiones y de doblegar mi instinto periodístico , consideré que lo más práctico era demorar mi exploración a las ruinas bíblicas de Hazor . Mi genética tendencia al análisis - tan propia de los Virgo - me distaba otra labor previa , esencial para un buen funcionamiento del plan . Antes de marchar al norte convenía estudiar , repasar y bucear en toda la bibliografía existente sobre cada vez más atrayente Hazor . Es más , en mi diario de << abordo >> aparecía , en rojo , una autorrecomendación , tal vital como el referido chequeo a los textos y documentos arqueológicos : << Interrogar a los especialistas . >> Pero , como se verá más adelante , tal y como suele sucederme con frecuencia , un poco meditado giro en las pesquisas me retrasaría sensiblemente .
En realidad , mis preocupaciones - por si no eran pocas - se vieron incrementadas allí mismo , frente a la cinta transportadora de equipajes . Todo parecía discurrir con normalidad - incluyendo la siempre delicada revisión del pasaporte - cuando , de pronto , alguien se plantó ante mi . Recuerdo que me hallaba absorto en la inútil tarea de adelantar mi relloj en una hora , con el propósito de ajustarme al horario de Israel . Y digo << inútil >> porque jamás me he llevado bien con estos artilugios electrónicos ...
- Shalom ! Bien venido a Israel , señor Benítez ...
Levanté la vista y , perplejo , distinguí a un individuo joven , enjuto y de aspecto nórdico . Sonreía socarronamente , divertido quizá ante mi estúpida mueca de asombro. Hablaba un correcto castellano , con ese indeleble y característicos acento de los argentinos .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
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