Los trabajos de alfarería eran realmente espléndidos . Había vasos importados desde el valle del Po , en Italia ; copas de fina terracota roja , con las << firmas >> del artesano y de sus operarios : Naevius y Primis , respectivamente ; cuencos de Megara ; braseros de barro con bases para los enseres de cocina ; urnas del periodo herodiano y un sinfín de recipientes en forta de tetera , con pico , denominados guttus , utilizados para el llenado de las lámparas de aceite . Al final me decidí por un hermoso plato para pescado , con una depresión circular en el centro , que servía para escurrir el aceite .. el precio - medio sequel de plata - me pareció desorbitado . pero , a decir verdad , todo en aquella ciudad de comenciantes y gentes de paso - a excepción de los productos agrícolas , el pescado y la artesanía del vidrio - era prohibitivo . Nahum se veía en la necesidad de importar la mayor parte de las materias primas , así como la carne y otros productos de primera necesidad , y esto , lógicamente , habia encarecido la vida , situándola incluso a un nivel superior al de Jerusalén .
Jonás , incrédulo , perdío el habla . Le costaba asimilar que un desconocido , así , espontánea y generosamente , pusiera en sus manos un regalo tan valioso . La << mudez >> , sin embargo , duraría poco . Hasta que , finalmente , logré desembarazarme de él , sus promesasde << eterna amistad >> , su adulación y sus ofertas de hospitalidad fueron un penoso martilleo en mis oídos . A pesar de ello tomé buena nota de sus encendidas palabras , asegurándole que , quizá más adelante , necesitase de sus servicios . La experiencia me había enseñado a tener muy presente aquel tipo de amistades , tal útiles a lo largo de la exploración.
La providencia estaba en todo . Al cruzar la última calle transversal a la gran calzada , una bocanada de calor brotó de una de las puertas . Me asomé intrigado . Ante mi apareció uno de los numerosos talleres de fundido y soplado de vidrio de Nahum . Aquella manzana de edificios de una sola planta , prácticamente pegada al puerto , era el barrio de los afamados artesanos y fabricantes de enseres de vidrio y cristal . Alrededor de un patio a cielo abierto se levantaban varios cobertizos , con tejados de caña , en los que trabajaban seis hombres , todos ellos en taparrabo y con los cabellos cubiertos por turbantes .
Autor :J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Jonás , incrédulo , perdío el habla . Le costaba asimilar que un desconocido , así , espontánea y generosamente , pusiera en sus manos un regalo tan valioso . La << mudez >> , sin embargo , duraría poco . Hasta que , finalmente , logré desembarazarme de él , sus promesasde << eterna amistad >> , su adulación y sus ofertas de hospitalidad fueron un penoso martilleo en mis oídos . A pesar de ello tomé buena nota de sus encendidas palabras , asegurándole que , quizá más adelante , necesitase de sus servicios . La experiencia me había enseñado a tener muy presente aquel tipo de amistades , tal útiles a lo largo de la exploración.
La providencia estaba en todo . Al cruzar la última calle transversal a la gran calzada , una bocanada de calor brotó de una de las puertas . Me asomé intrigado . Ante mi apareció uno de los numerosos talleres de fundido y soplado de vidrio de Nahum . Aquella manzana de edificios de una sola planta , prácticamente pegada al puerto , era el barrio de los afamados artesanos y fabricantes de enseres de vidrio y cristal . Alrededor de un patio a cielo abierto se levantaban varios cobertizos , con tejados de caña , en los que trabajaban seis hombres , todos ellos en taparrabo y con los cabellos cubiertos por turbantes .
Autor :J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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