Se hizo un silencio de muerte . Instantáneo . Y supongo que el mismo escalofrío que me recorrió de pies a cabeza , sacudió igualmente a los otros once . Más de uno quedó con la cuchara de madera a medio camino entre el plato y la boca . Hubo ub vertiginoso relampaguearde las miradas y los corazones se detuvieron .
En esta ocasión , alertado por el doloroso flamear de las lámparas , eché mano de mi cayado , dispuestoa todo .
No tuve que esperar . Frete a mi , como salido del otro lado del muro , avanzó una figura alta y corpulenta , difuminada por la penumbra de la cámara . Las llamas recuperaron la verticalidad y yo , espantado , creí que mi corazón se partía en dos .
El << hombre >> porque en esta ocasión no hubo fenómenos luminosos ni extraños - se detuvo entre los divanes ocupados por Santiago y Mateo Leví , frente por frente al lugar de Tomás .
¡ Era Él ! vestía su familiar atuendo : manto color vino y la inmaculada túnica blanca . Creo que fui el único que se puso en pie , impulsado por una feroz descarga de adrenalina . El resto , pillado por sorpresa , no reaccionó . Y con los nervios a flor de piel , sin reparar siquiera en las << crótalos >> , activé los dispositivos de la << vara de Moisés >>, en especial el squid, ( El squid era un sofisticado sistema destinado a la medición de las interferecias cuánticas superconductoras , capaz de registrar ínfimas variaciones de naturaleza magnética . Pero hablaré de él más adelante . Nota del Mayor ) apuntando a ciegas hacia aquel cuerpo ... ¡ absolutamente humano ! Esa fue , al menos , mi impresión . ¡ Era el mismo Jesús que había conocido en vida ! Pero , ¿ cómo podía ser si yo le había visto muerto ? Mis ojos se clavaron en su rostro , en sus cabellos , en su torso , en sus brazos , en las sandalias ... ¡ Todo era normal ! ¿ Normal ? ¡ Dios mio ! , ¡ qué locura ! Además , ¿ por donde demonios había entrado ?
Y al plantarse frente a los mudos y casi hipnotizados discípulos , les saludo así :
- Que la paz sea con vosotros ...
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio martinez
En esta ocasión , alertado por el doloroso flamear de las lámparas , eché mano de mi cayado , dispuestoa todo .
No tuve que esperar . Frete a mi , como salido del otro lado del muro , avanzó una figura alta y corpulenta , difuminada por la penumbra de la cámara . Las llamas recuperaron la verticalidad y yo , espantado , creí que mi corazón se partía en dos .
El << hombre >> porque en esta ocasión no hubo fenómenos luminosos ni extraños - se detuvo entre los divanes ocupados por Santiago y Mateo Leví , frente por frente al lugar de Tomás .
¡ Era Él ! vestía su familiar atuendo : manto color vino y la inmaculada túnica blanca . Creo que fui el único que se puso en pie , impulsado por una feroz descarga de adrenalina . El resto , pillado por sorpresa , no reaccionó . Y con los nervios a flor de piel , sin reparar siquiera en las << crótalos >> , activé los dispositivos de la << vara de Moisés >>, en especial el squid, ( El squid era un sofisticado sistema destinado a la medición de las interferecias cuánticas superconductoras , capaz de registrar ínfimas variaciones de naturaleza magnética . Pero hablaré de él más adelante . Nota del Mayor ) apuntando a ciegas hacia aquel cuerpo ... ¡ absolutamente humano ! Esa fue , al menos , mi impresión . ¡ Era el mismo Jesús que había conocido en vida ! Pero , ¿ cómo podía ser si yo le había visto muerto ? Mis ojos se clavaron en su rostro , en sus cabellos , en su torso , en sus brazos , en las sandalias ... ¡ Todo era normal ! ¿ Normal ? ¡ Dios mio ! , ¡ qué locura ! Además , ¿ por donde demonios había entrado ?
Y al plantarse frente a los mudos y casi hipnotizados discípulos , les saludo así :
- Que la paz sea con vosotros ...
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio martinez
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