martes, 6 de octubre de 2015

Caballo de Troya - Tomo 3 - Las aventuras del autor para encontrar el Diario del Mayor - Israel ( 4 )

Seguí al pie de la letra  las recomendaciones del embajador  , poniéndome  en contacto con las personalidades  e instituciones  oficiales  que tan gentilmente me  había proporcionado  . Primero con Salomón Lewinsky , director de la revista Semana . Con un mádico llamado Blecof y , muy especialmente  con el Instituto Central de Relaciones Culturales  . En este último, tanto su director  - doctor Moshe Liba , veterano diplomático - como la amabilisima Rachel Eldar se desvivieron por ayudarme  , orientándome  y concertando un buen número de citas con destacados arqueólogos  , antropólogos , profesores universitarios y un largo etcétera . Todo ello , claro está , en beneficio de unas muy saludables e interesantes investigaciones en torno a la vida  y época de Jesucristo , pero que no constituían la clave de mi presencia en Israel . Sin embargo , por elemental prudencia  , accedí encantado , enriqueciéndome , justo es reconocerlo , con todas ellas . Esta cadena  de reuniones y entrevistas - que se prolongarían durante toda mi estancia en Palestina - ralentizaron , obviamente , mis principales pesquisas . Pero las circunstancias son las circunstancias y , en ocasiones , es preferible acomodarse a ellas , jugando las siempre insólitas cartas del Destino .
Por supuesto , aunque el << marcaje >> de los funcionarios israelitas en aquellas dos primeras jornadas en Jerusalén fue lo suficientemente intenso y eficaz como para controlar la mayor parte de mis pasos , no es menos cierto que , en ningún momento , descuidé mi verdadero objetivo : el enigma del mayor . Y entre conversación y conversación pude ingeniármelas para visitar la Biblioteca Nacional , la del museo de Israel y otras librerías de la ciudad , siempre en busca  de una teórica bibliografía histórica . Tales consultas no extrañaron a los hebreos , permitiéndome así esporádicos  respiros y un mínimo de libertad de acción . Como es de suponer , en la siempre supuesta intimidad de estas bibliotecas , mi intención se volcó en Hazor . Revisé catálogos , ficheros y estanterías , a la caza de cualquier libro o documento sobre el particular . Pero la abrumadora realidad terminaría por desarmarme . Los estudios sobre la vieja ciudad cananea  eran tan prolijos y abundantes que hubiera necesitado varios meses para su atenta lectura . Sólo en la biblioteca  del museo de Israel contabilicé  hasta un total de 46 fichas relacionadas con Hazor .
Autor :J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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