Desde mi primer contacto con el Instituto Central de Relaciones Culturales , y por pura curiosidad científica , yo había manifestado mi deseo de conocer y conversar con Shelley Waschsmann , un eminente arqueólogo , que llevaba la responsabilidad de los trabajos de estudio y restauración de una embarcación descubierta en la orilla oeste del lago de Galilea . Un bote que , según los primeros tanteos de los cinetíficos , podía corresponder a una época relativamente cercana a la de Jesús . Ésta , como en otras , fueron simples excusas , como ya dije , para justificar mis idas y venidas por Israel . Y ahora me venía de perlas para mi inmediato objetivo . Rachel , con la admirable eficacia de los judíos , había particado las gestiones precisas para la culminación de dicha entrevista . Shelley se mostró conforme , invitándome a su casa de Cesarea . Aquel súbito cambio en los planes no pareció alarmar a la funcionaria . Era lógico que deseara aprovechar las horas muertas del sábado con un asunto como aquél . Además , Cesarea se encuentra al norte de Jerusalén . Justo en dirección opuesta alm emplazamiento de la base militar que - se suponía - yo no podía pisar .
Gentilmente , y con una subterránea habilidad , Rachel intentó averiguar cuánto tiempo pensaba quedarme en la ciudad costera de Cesarea , si disponía de un medio de transporte y si tenía intención de alojarme en algún hotel próximo . No supe satisfacer su curiosidad . En parte porque ni yo mismo lo sabía y , sobre todo , porque no estaba en mi ánimo revelarle mis auténticas intenciones . Algo confusa , me recordó una serie de visitas previstas para los días inmediatos , << recordándome >> que le telefoneara a mi regreso . Reconozco que soy hábil para persuadir y asumo también mi gran pecado de incumplidor de promesas . Así que , dócilmente , le prometí cuanto deseó . Cumplirlo o no , era harina de otro costal...
Dispuse un elemental y austero equipaje y , confiado , inicié las gestiones para salir esa misma tarde hacia Cesarea . La fatalidad congeló cada uno de mis movimientos . Casi había olvidado que era sábado . En el hotel me insinuaron - como única vía para hacerme con un vehículo - que contratara a un chofer árabe . Es triste . En muchas de estas pesquisas , las mayores pérdidas de tiempo , de dinero y de fuerza , son desencadenadas por contratiempos de esta o similar naturaleza.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Gentilmente , y con una subterránea habilidad , Rachel intentó averiguar cuánto tiempo pensaba quedarme en la ciudad costera de Cesarea , si disponía de un medio de transporte y si tenía intención de alojarme en algún hotel próximo . No supe satisfacer su curiosidad . En parte porque ni yo mismo lo sabía y , sobre todo , porque no estaba en mi ánimo revelarle mis auténticas intenciones . Algo confusa , me recordó una serie de visitas previstas para los días inmediatos , << recordándome >> que le telefoneara a mi regreso . Reconozco que soy hábil para persuadir y asumo también mi gran pecado de incumplidor de promesas . Así que , dócilmente , le prometí cuanto deseó . Cumplirlo o no , era harina de otro costal...
Dispuse un elemental y austero equipaje y , confiado , inicié las gestiones para salir esa misma tarde hacia Cesarea . La fatalidad congeló cada uno de mis movimientos . Casi había olvidado que era sábado . En el hotel me insinuaron - como única vía para hacerme con un vehículo - que contratara a un chofer árabe . Es triste . En muchas de estas pesquisas , las mayores pérdidas de tiempo , de dinero y de fuerza , son desencadenadas por contratiempos de esta o similar naturaleza.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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