lunes, 31 de agosto de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - To 2 - 9 de abril, domingo ( 99 )

En el centro de la caja había sido dispuesto un tercer orificio en el que se acompañaban los útiles  propios de la  escribanía ; los cálamos  o pequeños juncos  marítimos  que hacían las veces de plumas . Habían sido sesgados  por una de los extremos y , por el otro , machacados  , pudiendo utilizarse como pinceles .
Por último , en otro huaco practicado  en la caja , el escriba  almacenaba una serie de tablillas  de madera  - extremadamente delgadas - y cubiertas con cera  . Junto a éstas  descubrí un estilo de hueso . Una de las puntas  formaba una espátula  que debía servir  para aplastar la cera y borrar  así lo escrito , aprovechando de nuevo la tablilla  . El extremo opuesto era muy afilado y puntiagudo .
El tal Zakkai tomó una de aquellas tablillas y , con la izquierda  , se dispuso a perforar  la cobertura  de cera . Dio la señal con el estilo y el esclavo fue levantando las diferentes piezas mortuorias  , mostrándolas  a los presentes .
De derecha a izquierda , en arameo - el hebreo sólo lo utilizaban para cuestiones religiosas -, el rabí fue escribiendo sin prisas y con letras grandes :
<< Un sudario ... Dos vendas para fajado de manos y pies .... y una sábana de lino de Palmira . >>
Al izar parcialmente el largo lienzo , todos los allí congregados  , incluidos David y el de Arimatea  , pudimos observar << algo >< que , sobre todo amí - nos desconcertó . A la clara luz  de la mañana  , entre los restos sanguinolentos  , la sábana presentaba  unas insólitas << manchas >> doradas - las que había  descubierto en la cripta  - que reproducían  parte de una figura  humana  . Aunque breve , la exposición  del paño permitió distinguir las plantas de unos pies desnudos  y la mitad inferior de unas piernas . El increíble  << dibujo >> - en esos momentos no supe definirlo mejor - no paso inavertido para Eleazar y el escriba . Éste , al reparar en dichas << manchas >> , permaneció un instante  con la pluma en el aire , atónito . David Zebedeo  me miró de soslayo , interrogándome  con una casi imperceptible  elevación elevación de su cabeza . Yo me limité  a enarcar las cejas , dándole a entender que tampoco tenía una explicación.
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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