martes, 18 de agosto de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - 9 de abril , domingo - año 30 ( 21 )

Con el fin de no inquietar inútilmente a mi hermano  , guardé silencio  sobre mi decisión  . Era la primera violación  del plan fijado por curtis  y , por suerte  o por desgracia  , no sería la última ...
Y con el ánimo dispuesto , me lancé  ladera abajo , al encuentro del fondo del valle  que me separaba  de la muralla oriental del Templo .
Aquel voluntarioso gesto me costaría caro...
La abrupta y empinada pendiente me recibió como era de suponer  . Guardando el equilibrio con dificultad , eferrándome  aquí y allá  a los lentiscos  y retamas  y sorteando los afilados  peñascos , fui ganando terreno . En más de una ocasión  maldije mi torpeza  . La descompuesta  chlamys quedaba enganchada  en los espinos galgales  , atrincherados  entre la agrestes vegetación . De no haber sido por la << piel de serpiente >> , mis braos  y piernas habrían presentado un deporable  y sangriento aspecto .
Unos quince minutos  después  hollaba  el lecho de la seca y pedregosa torrentera .
Me detuve buscando aire  . Recompuse mi desordenado manto , lamentando los desgarros  y , con el corazón  retumbando , lancé una ojeada a mi alrededor  . Los cincuenta o sesenta metros  de profundidad del Cedrón en aquel punto y la ya inminente  caída  de la luna  por detras de la muralla  oeste habían sepultado el desfiladero en unas inquietantes tinieblas .
Tras unos segundos  de nerviosa escucha y más que defícil observación , decidí cruzar la vaguada  , dirigiendo mis pasos hacia el informe muro que cerraba el Templo y la ciudad y que se levantaba como una continuación de la nueva pendiente  que tenía frente ami . Todo en aquel tétrico lugar era silencio . Un plomizo e irritante silencio ....
Muy cerca de donde me encontraba  , algo más al norte , discurria otra de las pistas que , naciendo en las vecinas aldeas de Betania  y Betfagé , remontaba el Olivete  y , deslizándose por la ladera oeste  , iba a morir  en las proximidades  de la puerta Dorada  , en la referida muralla  oriental del Templo . Allí  mismo muy cerca de la esquina  noreste  del recinto sagrado  , el sendero en cuestión se ramificaba  y , doblando la muralla  , se perdía  paralelo al muro norte  y a la fortaleza Antonia  , desdoblandose , a su vez , frente a la puerta de los Peces  , en sendas rutas  : una que llevaba a la costa  , a Cesarea  , y la otra  , directamente al norte  a Samaria y Galilea . Mi intención era salir al encuentro de dicha pista  y , rodeando  Jerusalén , acceder rápidamente  a la finca  y al sepulcro .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez 

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