viernes, 21 de agosto de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - 9 de abril , domingo - año 30 ( 38 )

No excesivamente contrariado por el desplante del hortelano - a fin de cuentas , aquellos saludos jamás  eran dirigidos  a los gentiles  -, proseguí mi lento avance . Al referirle el incidente  y el curioso sistema de abono , Eliseo , tras consultar a Santa Claus , me amplió detalles sobre el particular.
A los pocos minutos  , entre el ramaje de unas almendros o << acechadores >> ( saqued )  - como llamaban los judíos a estos precoces anunciadores de la primavera -, creí distinguir , semiocultas poe las nevadas flores  , las estacas puntiagudas de un metro de altura  , del ansiado huerto . Corrí hacia ellas . En efecto , el corazón latió imperiosamente  al descubrir a lo lejos  , como una blanca confirmación entre el apretado verdor  de ciruelos , manzanos , y granados  , la casita en la que , sin duda , moraba el corpulento jardinero que había ayudado a José  en el atardecer del viernes .
Y tomando la referencia del sol , caminé hacia mi derecha  , sin separarme de la cerca . No tardé  en encontrar la cancela  de entrada . la puerta de tablas se hallaba abierta  . Misteriosamente abierta ...
Esta vez advertí a la << cuna >> de mis intenciones  . Me disponía  a aventurarme  en el interior de la silenciosa finca . Éste , quizá , es otro concepto no muy bien interpretado por los cristianosn  . Al leer los textos  evangélicos  se tiene la idea  de que el lugar donde fue sepultado el Maestro  era un sencillo huerto , con un sepulcro  nuevo , como reza Juan . En realidad más que un huerto , la propiedad de José  podría ser calificada como de plantación. Y nada  modesta  , por cierto . Toda una finca de recreo , con decenas  de frutales y hortalizas  , una rústica  casa , un palomar y , por supuesto , como correpondía a su elevada posición , un panteón familiar . Pero sigamos con lo que importa .
Como digo  , no era normal que la cancela  se hallara  de par en par . Aquello me hizo sospechar  que algo inusual había ocurrido - o estaba ocurriendo - en la plantación .
Y lentamente  , con los cinco sentidos  en máxima alerta  , fui adentrándome  , siguiendo el estrecho sendero que , naciendo en la misma cerca  , se perdía  hacia el norte  , dejando a uno y otro lado hileras de mimados frutales .
El silencio era absoluto . Muy significativo ...
Me detuve una o dos veces  , esperando escuchar algún sonido . Quizá el retozar o los ladridos  de los perros que guardaban la propiedad . Nada en absoluto.
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio martinez

No hay comentarios:

Publicar un comentario

puede comentar todas las personas que lo deseen , con educación y respeto