martes, 18 de agosto de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - 9 de abril , domingo - año 30 ( 20 )

Efectué  una nueva conexión con el módulo y Eliseo me anunció la hora exacta :
- 04.50 horas.
No había tiempo que perder . La salida  del sol se produciría  a las 5.42 . Y , de scuerdo con nuestros cálculos , la irrupción de las mujeres  en el jardín de José de Arimatea  , dispiestas a culminar el lavado  y amortajamiento  del cadaver del Galileo , debía  producirse de un momento a otro ... si es que no se había registrado ya .
Aquella lamentable cadena de imprevistos y contratiempos  nos había retrasado peligrosamente  . Apenas si restaba una hora  para el orto solar  . Si la primera  de las supuestas apariciones  del Maestro  había ocurrido ya , me vería obligado  a probar fortuna  con la << segunda >> , citada por el evangelista Lucas . Según ese texto , ese mismo día - aunque sin precisar la hora -, el resucitado había acompañado a dos de los discípulos  , cuando caminaba  hacia el pueblo de Emaús  . Pro , como digo , el relato evangélico resultaba confuso . ¿ Cómo y dónde localizar a tales discípulos ?
Me consolé , pensando que , en el peor de los casos , si fracasaba en ambos intentos  , siempre quedaba  una tercera oportunidad : la reunión de los apóstoles  << en el atardecer  de aquel domingo  , primer día de la semana  >> , según palabras de Juan ....
<< ¡ Menos de una hora para el amanecer !>>
La situación era  comprometida  de lo que habiamos imajinado  . Era menester un  cambio de planes . Caballo de Troya  , de acuerdo con mis sugerencias , había previsto  mi acceso al sepulcro por el camino más largo  ... y seguro . Una vez en el << exterior  >> debía buscar la senda que , procedente de Betania  , cruzaba  la cumbre del monte  de las Aceitunas  , para descender  hacia  el extremo  sur de la ciudad  . Mi ingreso en la misma  sería  por la puerta de la Fuente  y , aprovechando las vacías calles  , atravesar la urbe  sigilosamente  y desembocar  en el extremo norte  , por la puerta de los Peces  . El trecho entre la muralla septentrional y la propiedad de José  podía ser cubierto en cuestión de minutos .
Una breve  reflexión  me convenció  . Era preferible  olvidar el itinerario inicial y , con el fin  de ganar tiempo  , aventurarse  por el camino más corto y peligroso . No había elección si , en verdad , deseaba estar presente  en la citada primera aparición..
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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