sábado, 29 de agosto de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - 9 de abril , domingo ( 87 )

Cerré los ojos . ¿ Es que yo también era cictima  de una alucinación o de la histeria  colectiva  ? Pero no . Al abrirlos  , el << descubimiento >> del jardinero seguía  allí , desafiando a la lógica humana . Al igual que ocurriera  con el pañolón  que había jujetado la mandibula  inferior del rabí y que , como dije ,  se encontraba firmae y << en su lugar >> , aquella pieza de tela  - obligada en los enterramientos  judíos de la época  - no mostraba signos  de manipulación  por parte de manos humanas  . Si un hipotético  profanador  hubiera cargado con el cuerpo  , ¿ por qué  iba a entretenerse  en soltar dichas tiras para anudarlas nuevamente  y , en el colmo de lo absusrdo , situarlas delicada y estudiadamente  en el mismo punto y posición  que habían ocupado?
Allí había ocurrido << algo >> extraordinario . << Algo >> que rebasaba  mi capacidad mental . Pero ¿ qué ?
Tal y como imaginé , la << venda >>  que nicodemo había anudado a la altura de los tobillos  del Maestro se presentó ante mis  atónitos ojos  en idéntica posición . Meticulosamente  enrrollada  y con los nudos intactos ...
 Satisfecha mi curiosidad - no así mis dudas - , hice descender la referida mitad superior  del lino hasta  su posición original . Ahora más que nunca  debía hacerme  con aquella mortaja  y someter el tejido , los coágulos  y las << manchas >>  doradas a un exhaustivo análisis  médico - científico . ¡ Qué poco imaginaba  entonces las multiples sorpresa que nos depararían dichos  estudios ! Pero antes había que resolver  un << pequeño problema >> : ¿ cuándo y cómo sustraer los lienzos  ?
Creo que estábamos  a punto de abandonar la cripta cuando , de pronto , una sucesión de gritos  hizo que el hortelano y yo nos mirásemos alarmados . ¿ Qué había sucedido ?
En efecto , creo que fue una torpeza por mi parte  . Jamás debí retener al hortelano en la tumba  . Pero el destino , como se verá , tiene estas cosas ...
Fui el primero en salir  . Medio cegado por la fuerte claridad de la mañana  , a punto estuve de tropezar  con la segunda losa . Las voces procedían del lugar donde , poco antes , habámos dejado a la afligida María . No parecían  gritos de miedo o de dolor .
Autor :J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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