martes, 25 de agosto de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - 9 de abril , domingo - año 30 ( 61 )

Tal y como le había prevenido el Maestro en la <<  última cena >> , aquella tragedia  le había sumido en una  desolación que no tenía igual entre sus hermanos  . Todos sus ideales  , sus sueños  y sus ansias de libertad habían caído  con la noticia de la muerte de Jesús .
En un impulso me deshice  del cayado y , aproximándome  al convulsivo galileo , me esforce por examinarle  . Simón , con los ojos cerrados  , batallaba  por desembarazarse  del abrazo de sus amigos  . Cabeceaba  una y ora vez , buscando la superficie  del muro , emitiendo una serie entrecortada  de agudos y angustiados  chillidos . Como pude , me hice con su muñeca  , intentando valorar el pulso . Era muy acelerado . Eché mano de la redoma  con la cebada y la leche  cuajada  y , a una señal mía , Andrés y el joven Zebedeo pujaron por abrirle la boca  . Sin dudarlo un segundo , vertí parte de la pócima  entre la negra e hirsuta barba . Al sentir  el repugnante mejunje  , sus ojos se abrieron espantados . Estaban enrojecidos  por las largas horas de llanto . Y poco a poco , entre suspiros y esporádicos estremecimientos ,  fue calmandose . No sé si fue el brebaje  o las palabras  de consuelo de su hermano , pero Simón el Zelote  cayó en un dulce sopor . Y entornando los ojos nuevamente  volvió a reclinarse en el diván , ajeno por completo a cuanto acontecía a su alrededor .
Los gemelos permanecieron a su lado mientras Juan y Andrés  , con la mirada entristecida  , retornaban a la mesa . El patético espectáculo de Simón , arremetiendo contra la piedra  , había fulminado la discusión . Y aquellos  hundidos seguidores  del Nazareno  se entregaron , impotentes , a oscuras meditaciones .
Pero el silencio duraría poco . Tras recuperar la << vara >> , di media vuelta  , dispuesto a proseguir mis averiguaciones  cerca del grupo de mujeres  . No fue preciso . Una de ellas  - la que había  estado sollozando - acababa  de destacarse de entre sus compañeras , plantándose a medio metro del asiento de Pedro . Era María , la de Magdala  , una de las hebreas más significativas , temeraria y juiciosa aun tiempo  de cuantas seguían al rabí .
Al verla quedé paralizado . Ahora empezaba a comprender el porqué de sus quejidos ....
Y aquella brava mujer , de menton hipoplásico . ( Hipoplásico : de barbilla  o mentón recortado y de desarrollo claramente incompleto . Nita del Mayor ) cara estrecha y triangular y ojos perdidos  en profundas cuencas sombreadas por anchas ojeras , se encaró valiente  con el hombre que  la abía amonestado .
Autor :J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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