domingo, 30 de agosto de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - 9 de abril , domingo ( 96 )

Si las circunstancias no hubieran  sido tan rígidas , seguramente habría intentado satisfacer una íntima curiosidad : examinar la oreja  y el hombro derechos  del inipotuno siervo .
Pero no tuve más remedio que dominarme . << Quizá haya una tercera ocasión >> , me dije a mi mismo . De todas formas , mientras Eleazar , el capitan de los guardias  , daba instrucciones  a los desarrapados  , pude aclarar otro interesante extremo . Aquellos individuos  no eran en realidad unos sirvientes ,  en el sentido que podemos  atribuir  hoy a tal calificativo . El descarado orificio en el lóbulo  de la oreja derecha  del segundo personaje  revelaba  a las claras que se trataba de esclavos  . En este caso , esclavos paganos . ( Procuraré  , más adelante  , adentrarme  en el tenebroso y poco conocido mundo de la esclavitud  en Israel en los tiempos  de Cristo y a la que , incomprensiblemente , Jesús no prestó una excesiva atención )
El caso es que , ante mi sorpresa y desconcierto , el jefe del Templo cedió la tea a Malco y , éste  , en compañía del segundo  esclavo y de tres de los levitas de túnicas verdes , descendieron los peldaños  , dirigiéndose a la boca del sepulcro . El Capitan ordenó que fueran recogidos los mantos  , garrotes y marmita de la patrulla que había prestado servicio frente a la tumba  , y , acto seguido , bajó al callejón  , introdiciéndose en la cripta . Por lo que pude apreciar , sólo los esclavos  y el jefe  de aquel nuevo  pelotón entraron en la cueva  . Este último , por cierto , se deslizó por la estrecha abertura  con unas precauciones  que se me antojaron tan absusdas como excesivas . Los tres levitas restantes se mantuvieron frente a la fachada  , custodiando el acceso al interior .
La explicación a la casi teatral manera de Eleazar de ingresar en el panteón  - evitando por todos los medios el rozar siquiera la piedra circular que servía para clausurarlo - me fue dada por David  quien , espontáneamente , rememoró una diatriba del Maestro :
- ¡ Sepulcros encalados !
¿ Qué habia querido decir el Zebedeo? Muy sencillo . La ley mosaica era estricta  en lo que al contacto y a la contaminación con cadáveres se refería . En la Misná , por ejemplo , capitulo Ohalot se dicta entre otros  , los siguientes preceptos  , fundamentados en el libro de Números : << La piedra circular que cierra la tumba  - reza el capítulo II - y las piedras de apoyo propagan impuerezas por contacto y bajo la tienda  , aunque no porm transporte ...
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

No hay comentarios:

Publicar un comentario

puede comentar todas las personas que lo deseen , con educación y respeto