lunes, 17 de agosto de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - 9 de abril , domingo - año 30 ( 15 )

El sistema había sido probado tiempo atras  por el astronauta  Aldrin en uno de sus paseos por la superficie lunar . Los sensores situados  en la suela  permitían conocer las distancias  recorridas , tiempos invertidos  e , incluso , el gasto de calorías  en cada desplazamiento . Además , si así lo estimábamos  , podíamos  activar una minuscula célula  que elevaba  la temperatura  del calzado , protegiendo los pies  en situaciones  de extrema inclemencia . Aquellas sandalias << electrónicas  >> - como las llamábamos entre nosotros  - nos reportarian un notable servicio . Cada ejemplar fue perforado manualmente  , incrustados  en el perímetro de las suelas sendas parejas de finas  tiras de cuero de vaca  , convenientemente empecinadas . Cada cordón - de 50 centímetros  - permitía sujetar el calzado , con olgura suficiente  como para poder enrrollarlo a la canilla de la pierna con cuatro vueltas.
El segundo dispositivo , alojado también en la suela ,  tenía un carácter puramente logístico  . Consistía en un microtransmisor , capaz de emitir  impulsos  electromagnéticos a un ritmo de 0,0001385 segundos . Esta señal era registrada  en la  vara de Moisés >> y , a continuación  , amplificadas y << transpotadas >> a larga distancia  por un especialísimo  láser que procuraré  describir en su momento . Merced a este procedimiento , de una estimable precisión , Eliseo podía seguir mis << pasos >> en el radar de la << cuna >> . Esta << radioayuda >> sería activada  , únicamente , cuando - por necesidades de la exploración - me viera obligado a alejarme  del módulo más allá de los 15 000 pies . A partir de ese límite  , la banda de recepción de la << conexión auditiva >> . que también debía portar en el interior de mi oído derecho , se hacía inservible .
Y tras un último repaso a mi << uniforme >> , tomé asiento , indicando a mi hermano  que estaba dispuesto para recibir  la correspondiente  << cabeza de cerilla >> . Así habíamos bautizado a las cápsulas acústicas miniatirizadas que eran excitadas por un equipo de ondas gravitatorias . Esta << conexión auditiva >> - de inestimable valor , tal y como se demostró en la pasada misión -nos proporcionaría  una clara y permanente comunicación , mientras yo estuviese en el << exterior >>.
La implantació de la  prótesis  , aunque sencilla , requería  de unas manos expertas . Y a los pocos  minutos quedaba  encajada  a escasos milímetros  del orificio de entrada del conducto auditivo externo , entre las paredes cartilaginosas.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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