jueves, 20 de agosto de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - 9 de abril , domingo - año 30 ( 33 )

En parte fui sincero . Le manifesté cómo , tras escuchar repetidas veces la extraña historia que circulaba por Jerusalén  sobre la posible resurrección del rabí de Galilea  , mi curiosidad de << augur >>  me había enpujado a esconderme en los alrededores de la tumba y cómo , a eso de las tres de la madrugada  , había sido testigo de un sin par y sobrecogedor  fenómeno luminoso que , brotando de la boca  de la cueva sepulcral , se propago hasta los árboles próximos  , arrojando por tierra a los bravos legionarios que montaban la guardia .
Los oficiales me escuchaban atentamente ,
- ... Después  - proseguí , aparentando gran desaliento  -, al igual que tus hombres  , yo también me vi sorprendido  por una fuerza maléfica  y caí a tierra  , privado de los sentidos . Cuando los dioses quisieron  que pudiera volver en mí  , la tumba estaba vacía .... Y el miedo me hizo correr y vagar sin rumbo  fijo . Sé que algo sobrenatural  , obra de los dioses  , ha acaecido en ese huerto ... Y al alba  , con el espíritu más sereno  , tome la decisión de acudir a Antonia  y relatarle  cuanto he visto y oído.
El comandante se detuvo . Llevó la mano izquierda a la empuñadura  de su espada  y , con gesto grave , preguntó :
- ¿ Y por qué  a mí ? Sabes que no creo en esas patrañas  ....
Me sentí atrapado . Pero Eliseo , atento desde el módulo , vino a ofrecerme  un inmejorable  argumento . Y así se lo expuse a Civilis .
- Es muy simple  . En mi deambular por las calles  de la ciudad - le mentí - ,  he tenido ocasión de escuchar una versión , alimentada  por esas ratas del Sanedrín  , que ha empezado a correr por Jerusalén  . Caifas y sus secuaces han lanzado el rumor  de que sus levitas y tus legionarios  se quedaron dormidos y que aprovechando tal circunstancia , los discípulos del Galileo procedieron al robo del cadáver ...
El comandante  asintió con la cabeza.
-.... Yo , como te digo , he sido testigo de excepción de lo ocurrido y he visto como los policías del Templo , en efecto , huían como cobardes  . Pero no así la patrulla romana  . Fueron los dioses quienes redujeron a tus bravos soldados .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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