miércoles, 5 de agosto de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - El Diario ( 145 )

En esta ocasión , Juan Zebedeo llevaba razón . Ninguno de los presentes  - ni siquiera el propio  evangelista - entendió  el sentido real del mandat de Jesús  . Entre otras razones  porque , como expilqué en anteriores páginas  , suponían  que Judas seguía como administrador del grupo . ( El Iscariote  , como es sabido , hacía horas que había  traspasado la bolsa común a David Zebedeo , el jefe de los emisarios .) Todos dieron por hecho que el encargo del Maestro -<< lo que has decidido hacer... , hazlo pronto >> - guardaba relación con su cotidiano menester como pagador o << habilitado >>.
Cuando Judas Iscariote  hubo abandonado la sala , Curtiss hizo un interesante juicio . Una observación que ha provocado rios de tinta  y punzantes polémicas a lo largo de la Historia :
- Entonces es cierto que el traidor no llegó a comulgar ...
Mi respuesta  - una inmediata e irónica sonrisa - le dejó perplejo .
 No te comprendo - añadió en un tono de lógico reproche  .
- Lo entenderás  en seguida - repliqué  -. Prepárate  a oír algo que nada tiene que ver con lo que han escrito tres de los cuatro evangelistas y , muchisimo menos , con la posterior interpretación de las Iglesias ...
- ¿ Es que no hubo institución de la Eucaristía ?
Me negué a responder . Pulsé de nuevo la grabación , inviitandole a que prestara toda su atención.
Como decía , los discípulos  no concedieron demasiada importancia a la precipitada salida del Iscariote  . Es más , la discusión sobre la identidad del traidor se prolongaría  por espacio de algunos minutos  . Es casi seguro  que Jesús  hiciera alguna  señal porque , de improviso , , la polémica cesó . Se escucharon unos pasos que se apróximaban al diván del rabí y , acto seguido , el ruido del agua y del vino - a partes iguales  -, al ser vertidos en la copa del Maestro . El discípulo encargado de esta ceremonia  - conocida como la  << tercera copa >>  o << de la bendición >>- retornó a su puesto . El Galileo se puso en pie e , inmediatamente  , el resto hizo otro tanto . Tras una breve pausa - posiblemente , de acuerdo con la tradición y con su propia costumbre , Jesús bendijo la copa  -, su voz llenó de nuevo el silencio de Masada .
Autor J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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