domingo, 2 de agosto de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - El Diario ( 129 )

No nos engañomos  . Sabes muy bien que no fui sincero al anteponer el interés cintífico  de la misión a nuestra supervivencia  . Me trae sin cuidado si , con la nueva inversión de masa , se logra atajar o no el mal que se ha instalado en nuestro organismo. Fue lo primero que se me ocurrió en aquel crítico momento y parece como si Dios  me hubiera iluminado  ... Curtiss dudó . ¿ no lo crees así ?
- Por supuesto que no . El general - le dije sin tapujos  - no es hombre fácil de engañar . Pero en algo si tuviste y él sipo captarlo y agradecerlo : la decisión de llevar a cabo la segunda exploración depende  , ahora más que nunca , de nosotros .
Eliseo conocía ya mi postura  al respecto , pero , con su natural candidez , me presionó para que la expresara una vez más .
- Estábien - le tranquilice  -, yo también deseo << volver >>. Y comparto tus sentimientos  : no es la busqueda de un remedio a nuestro mal lo que me mueve a ellos . Es << Él >> quien tira de mi ....
Mi compañero sonrió complacido . Y aunque ambos sabiamos  que la última palabra la tenía  Curtiss , nos dejamos arrastrar por el entusiasmo y la esperanza , discutiendo y analizando hasta el amanecer los pormecores  de nuestra segunda y todavía hipotética misión.
Y justamente al alba , nuestras dudas se verían definitivamente despejadas ...
- ¡ Muy buenas días , muchachos !
Eliseo perplejo , no acertó a responder al general . Tuve casi que arrastrarlo hasta la mesa en la que , en solitario , apuraba una humeante y apetecible taza de café . El rostro de nuestro jefe  aparecía transfigurado  . Aquel cordialisomo saludo y la abierta  y sostenida sonrisa , tan opuestos al sombrió semblante de la noche anterior  , nos dejó estupefactos  . ¿ Qué había ocurrido ?
Divertido , repitió el buenos días  y , tras beber un par de buches , fue directamente a lo que deseabamos oír ;
- Vosotros ganáis  . La misión siguirá adelante .
Poco faltó para que mi hermano saltara sobre él , abrazándole . Curtis y yo le contuvimos , haciéndole  ver que no estábamos solos en el comedor -
- ... Sobre todo - sentenció , al tiempo que señalaba  con su dedo índice los documentos  que conservaba en uno de sus bolsillos  -, que nadie sepa , al menos hasta que regreséis , de la existencia de este informe .

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