miércoles, 5 de agosto de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - El Diario ( 143 )

A petición mía  , durante las horas que precedieron al despegue del módulo y en las que tuve  ocasión de escuchar esta grabación por primera vez , Eliseo había neutralizado  el ruido de fondo , amplificando al máximo aquel breve diálogo y los escasos  sonidos que parecían proceder del centro de la curvatura  de la << U >> . Gracias a este milagro de la técnica  fue posible reconstruir  un detalle que , como digo , no aparece del todo claro en la exposición de los evangelistas.
Una vez formulada  la pregunta de Judas , el rabí hundió un trozo de pan en el plato de las hierbas que tenía frente a él , ofreciendoselo al traidor . Segundos después de percibir el crujido del pan al quebrarse contra el fondo de madera  del plato , Jesús - tambien a media voz  - respondió con su fatídico .... << ¡ Tú lo has dicho ! >>
No hubo silencio o síntoma  alguno que , tras la escueta conversación entre el Iscariote y el rabí , revelaran que los otros once  habían escuchado la definitiva confirmación de la traición .Normalizado los registros , la cinta sólo ofreció una continuación de los atropellados y confusos comentarios  de los apóstoles  , discutiendo afanosamente  sobre la identidad del hipotético renegado . Por pura lógica  , si uno solo de los que se sentaban junto al Galileo le hubiera oído , la polémica habría muerto . Prueba de ello es que , al poco , Juan Zebedeo - tumbado a la derecha  del Maestro -, y en un nivel de audición sumamente bajo - como sila pregunta hubiera sido formulada  casi al oído ( el propio San Juan , al referirse a este episodio , especifica que << se recostó sobre el pecho de Jesús >> ) , le plantearía :
<< - ¿ Quién es ? .... Debemos saber quién es  infiel  a su creencia  . >> Y el rabí - en un tono igualmente confidencial - respondió :
<< - Ya os lo he dicho : incluso  , aquel a quien doi la sopa ... >>
No hubo respuesta de Juan . La costumbre  por parte del anfitrión o del invitado de honor de ofrecer pan mojado en una salsa era tan usual en aquellas celebraciones que , muy probablemente  , ninguno de los once - en el caso de haberlo advertido -, debió conceder demasiada importancia  a tan específico gesto.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

No hay comentarios:

Publicar un comentario

puede comentar todas las personas que lo deseen , con educación y respeto