Nuestras discusiones terminaron con el amanecer . Y por falta de temas o de interés . Simplemente , por agotamiento . Curtiss , comprendiendo que se había extralñimitado , nos recomendó que durmieramos hasta nueva orden . Y así lo hicimos .
A eso de las dos de la tarde de aquel viernes , 9 de marzo de 1973 , Eliseo me sacó de un profundo y reparador sueño . Su rostro aparecía feliz . Iluminado .
- Vamos - me susurró sin disimular su emoción -. Todo está dispuesto.
El tiempo había cambiado bruscamente . Negras y amenazantes nubes se levantaban por el norte , empujadas por un fuerte viento . Mi compañero percibió mi inquietud y empujandome hacia el comedor , me rogó que olvidara la meteorología .
Poco después , tras un frugal almuerzo , descendimos al foso . La febril actividad de la jornada anterior había decaido sensiblemente . El formidable esfuerzo de los hombres de Caballo de Troya empezaba a dar sus frutos . En el centro de la << piscina >> - reluciente y majestuoso - aguardaba el módulo , con casi sus 23 pies de altura . En esos instantes , al rodearlo , un escalofrío me sacudió de pies a cabeza . Y creo que fue a partir de ese momento cuando intuí que << algo >> extraordinario e inimaginable nos esperaba al << otro lado >> .
El carburante - la dimetilhidracina y el tetróxido de nitrógeno - habían sido ya trasvasados a los tanques . En total , 16,400 kilos . Más que suficiente para nuestros propósitos . Co aquellas casi 16 toneladas y media disponíamos de un margen máximo de vuelo de 5 horas y 14 minutos .
En esta oportunidad , como consecuencia de los nuevos equipos y de la mayor duración de la misión , el peso de la << cuna >> había aumentado considerablemente , hasta alcanzar las 25 toneladas . De éstas , como queda dicho , casi 17 correspondían a los depósitos y a los mencionados propelentes .
El general nos hizo una señal , invitándonos a que nos unieramos a la reunión con los directores del proyecto . Allí , al fin , tuvimos noticias de la << hora 0 >> El lanzamiento , salvo imprevistos , tendría lugar a las 01 horas del sábado , 10 de marzo.
Autor J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
A eso de las dos de la tarde de aquel viernes , 9 de marzo de 1973 , Eliseo me sacó de un profundo y reparador sueño . Su rostro aparecía feliz . Iluminado .
- Vamos - me susurró sin disimular su emoción -. Todo está dispuesto.
El tiempo había cambiado bruscamente . Negras y amenazantes nubes se levantaban por el norte , empujadas por un fuerte viento . Mi compañero percibió mi inquietud y empujandome hacia el comedor , me rogó que olvidara la meteorología .
Poco después , tras un frugal almuerzo , descendimos al foso . La febril actividad de la jornada anterior había decaido sensiblemente . El formidable esfuerzo de los hombres de Caballo de Troya empezaba a dar sus frutos . En el centro de la << piscina >> - reluciente y majestuoso - aguardaba el módulo , con casi sus 23 pies de altura . En esos instantes , al rodearlo , un escalofrío me sacudió de pies a cabeza . Y creo que fue a partir de ese momento cuando intuí que << algo >> extraordinario e inimaginable nos esperaba al << otro lado >> .
El carburante - la dimetilhidracina y el tetróxido de nitrógeno - habían sido ya trasvasados a los tanques . En total , 16,400 kilos . Más que suficiente para nuestros propósitos . Co aquellas casi 16 toneladas y media disponíamos de un margen máximo de vuelo de 5 horas y 14 minutos .
En esta oportunidad , como consecuencia de los nuevos equipos y de la mayor duración de la misión , el peso de la << cuna >> había aumentado considerablemente , hasta alcanzar las 25 toneladas . De éstas , como queda dicho , casi 17 correspondían a los depósitos y a los mencionados propelentes .
El general nos hizo una señal , invitándonos a que nos unieramos a la reunión con los directores del proyecto . Allí , al fin , tuvimos noticias de la << hora 0 >> El lanzamiento , salvo imprevistos , tendría lugar a las 01 horas del sábado , 10 de marzo.
Autor J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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