sábado, 9 de abril de 2016

Caballo de Troya - El Diario de Mayor - Tomo 5 - 28 de abril , viernes - año 30 - ( 23 )

El estricto código ético de Caballo de Troya , como ya he referido , prohibia a los expedicionarios  cualquier acción que pudiera alterar el curso normal de los acontecimientos . Sin embargo , paradójicamente , esa misma pasividad había influido en el devenir histórico . Un cruel dilema que , obviamente , sólo pidíamos resolver de una manera  : susoendiendo la misión y regresando a nuestro << tiempo >>.
Y de nuevo el extraño Destino...
Nos hallábamos autorizados para cancelar la Iperación en situaciones muy específicas . Debíamos retornar en el hipotético caso de ser descubiertos . También , como consecuencia de cualquier enfermedad o accidente graves de los pilotos o ante una emergencia insalvable en los dispositivos de control , propulsión o abastecimiento energético de la << cuna >> . Aquel problema , en cambio , ni siquiera fue contemplado  por los responsables de la misión . Científicos y técnicos se dejaron arrastrar entusiasmados por la fascinante oportunidad , cerrando los ojos  a lo más importante : que lo ignorábamos todo sobre las posibles consecuencias de un << viaje >> tan especial .
Lo cierto es que , a raiz de este incidente , Eliseo y quien esto escribe tomamos plena conciencia de nuestra delicadísima presencia en aquel << ahora >> . Y aunque extremamos  las precauciones para mantenernos en un plano - digamos - << neutro >> , debo confesar que no siempre salimos airosos .
Verdaderamente , los caminos de Dios son inescrutables .
Y desolado permanecí en el límite del bosque , mientral el providencial sirviente se reincorporaba al grupo . Y una demoledora tristeza y una honda gratitud me invadieron por igual . Aquella buena gente que se disponía ya a reanudar el camino - comsciente de la gravedad y de lo irreversible del problema - no había querido hacerme partícipe de su angustia , liberándome así de una preocupación contra la que , por supuesto , poco podía hacer.
Y Dios es testigo . Allí mismo , en el amargo silencio de mi corazón , les di las gracias .
Y de pronto , a la tristeza y a la gratitud vino a sumarse un tercer sentimiento . No sé exactamente cómo surgió . Pero se hizo irrefrenable .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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