Ninguno de aquellos asuntos podía ser descuidado , por muy venial que pudiera parecernos . Algunos incluso , como ya he referido y espero seguir narrando , llegarían a colocarnos en situaciones realmente conflictivas . Ésta , para mi desgracia , fue una de ellas .
Siendo sábado - proseguí con mis cavilaciones -, el rutinario negocio podía retorcerse . No obstante - rectifiqué sobre la marcha -, quizá merecía la pena intentarlo . Necesitábamos moneda fraccionaria . No resultaba práctico cargar con una única pieza y de tan considerable valor .
Y sumido en la indecisión , continué el avance , alcanzando el laberinto de huertos que cercaba Nahum por la cara oeste . Algunos propietarios , semiocultos entre los tupidos sicómoros , los altos nogales , las higueras y los radiantes almendros en flor , se afanaban en el abono de la tierra y en la separación de los muretes de piedra basáltica . Al verme , conocedores de la prohibición de trabajar en sábado , soltaban precipitadamente las herramientas y los cestillos de estiércol , adoptando las más inocentes y conciliadoras posturas . Elevaban los brazos al cielo , entonando a gritos el Oye , Israel o correspondían a mis saludos con exageradas e hipócritas inclinaciones de cabeza . ( La Ley prohibía incluso al transporte de abono o arena fina << como para sentir el tallo de un algarrobo >>. )
Y a escasos metros de la triple puerta me detuve . ¿ Qué podía hacer ?
La cuestión quedó zanjada casi al instante , por obra y gracia de la inevitable << nube >> de mendigos , lisiados y truhanes que se agitaban bajo los arcos , pendientes ya de la posible << victima >> . No me sentí con ánimos para cruzar aquel semillero de posibles problemas . Y pasando de largo propuse el cambio para una mejor oportunidad . Quizá a la vuelta de Saidan , me consolé .
Y decidido bordeé Nahum a la búsqueda del puentecillo que saltaba sobre el río Korazín
Instantes despues tendría que admitir que la decisión de aplazar el cambio no fue tan correcta como cabía suponer.
Frente a mí , a la derecha de la ruta , apareció << algo >> con lo que no contaba . Mejor dicho , que había olvidado : la casa de una planta que hacía de aduana entre los territorios de Filipo , al norte , y de los hermanastros Antipas , por los que avanzaba este desmemoriado explorador .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio martinez
Siendo sábado - proseguí con mis cavilaciones -, el rutinario negocio podía retorcerse . No obstante - rectifiqué sobre la marcha -, quizá merecía la pena intentarlo . Necesitábamos moneda fraccionaria . No resultaba práctico cargar con una única pieza y de tan considerable valor .
Y sumido en la indecisión , continué el avance , alcanzando el laberinto de huertos que cercaba Nahum por la cara oeste . Algunos propietarios , semiocultos entre los tupidos sicómoros , los altos nogales , las higueras y los radiantes almendros en flor , se afanaban en el abono de la tierra y en la separación de los muretes de piedra basáltica . Al verme , conocedores de la prohibición de trabajar en sábado , soltaban precipitadamente las herramientas y los cestillos de estiércol , adoptando las más inocentes y conciliadoras posturas . Elevaban los brazos al cielo , entonando a gritos el Oye , Israel o correspondían a mis saludos con exageradas e hipócritas inclinaciones de cabeza . ( La Ley prohibía incluso al transporte de abono o arena fina << como para sentir el tallo de un algarrobo >>. )
Y a escasos metros de la triple puerta me detuve . ¿ Qué podía hacer ?
La cuestión quedó zanjada casi al instante , por obra y gracia de la inevitable << nube >> de mendigos , lisiados y truhanes que se agitaban bajo los arcos , pendientes ya de la posible << victima >> . No me sentí con ánimos para cruzar aquel semillero de posibles problemas . Y pasando de largo propuse el cambio para una mejor oportunidad . Quizá a la vuelta de Saidan , me consolé .
Y decidido bordeé Nahum a la búsqueda del puentecillo que saltaba sobre el río Korazín
Instantes despues tendría que admitir que la decisión de aplazar el cambio no fue tan correcta como cabía suponer.
Frente a mí , a la derecha de la ruta , apareció << algo >> con lo que no contaba . Mejor dicho , que había olvidado : la casa de una planta que hacía de aduana entre los territorios de Filipo , al norte , y de los hermanastros Antipas , por los que avanzaba este desmemoriado explorador .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio martinez
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