miércoles, 13 de abril de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 5 - 28 de abril, viernes - año 30 ( 37 )

Y una rugiente sensación de miedo , angustía y rabia fue cargando mi alma , obligando casi a detenerme . Jamás  imaginé que en los extrarradios de la presuntuosa y helenizada Tiberíades existiera tanta miseria , suciedad , enfermedad y horror .
Las chozas - admitiendoel generoso término -, levantadas con adobe , paja , << paredes >>  de estiércol , troncos de árboles , cañízos mutilados y ennegrecidos , restos de toneles podridos y retales de arpillera , se apretaban unas contra otras en un interninable  mar en blanco y negro que el viento se encargaba de tumbar asfixiando el paisaje , deambulaban cientos de espectros. Una población  andrajosa , castigada por las pústulas , úlceras , tiñas galopantes , calcinosis cutáneas , dermatitis y herpes de todo género y por una desnutrición que la forzaba a caminar encogida y vacilante . Una concentración humana ( ? ) , con toda seguridad , muy superior a la que albergaba la propia Tiberíades . ( En aquellas fechas el censo de la capital del Yan apuntaba hacia los 25000 o 30 000 habitantes . )
Pero lo que más me sobrecogió fue el hador - denso , repugnante y contumaz - que envolvía aquel calvario , reavivado de continuo por montañas de detritos , excrementos animales muertos y aguas negras y estancadas que humeaban  al implacable sol , alimentando a su vez una segunda colonia , más numerosa si caba , de ratas , moscas e insectos de dificil identificación y no menos peligrosas intenciones.
Conmovido y atenazado reanudé el paso , cubriéndome con el manto . Pero , a cada metro , ojos y corazón - sin saber hacia dónde mirar - se perdían y morían entre los simulacros de callejones , el fango y los rostros cadavéricos , teñidos de resignación , de hombres , mujeres y niños .
Las reatas de burros que me precedian aceleraron la marcha , mientras los arrieros con las espadas desenvainadas, se situaban a los costados de las caballerías , protegiendo las cargas . Muy pronto averiguaría por qué .
No podía creer lo que estava viendo .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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