A punto estuve de abordarle , aprovechando la favorable coyuntura . Pero la aparición del funcionario responsable del servicio de aguas de Caná me contuvo . Preguntó si deseábamos incienso . Y Santiago , excusándose en el estado de su madre , rechazó la invitación . Esta vez no habría ceremonia ni oración en el altar de los sagrados terebintos.
Y el guardián , contrariado por la pérdida del alquiler del cuenco con el incienso y el candil ( una lepta : pura calderilla ) , se alejó hacia la cabaña de troncos de la que habia salido , mascullando algo sobre aquellos << miserables e irreverentes notzrim, incapaces de respetar la tradición de sus mayores >>.
David y Ruth se acomodaron junto al estanque , disfritando de la momentanea paz . Nadie echó de menos al Zebedeo . Supongo que dieron por cierto que continuó hacia el caserón del anciano rofé de Caná.
Santiago revolvió en su petate y repartió algunas provisiones : granos de trigo tostado , tortas de flor de harina amasadas con aceite y un pellizco de hierbabuena , cebollas crudas y una deliciosa y aromática miel de romero .
Y el grupo , hambriento , dio buena cuenta del frugal desayuno .
Aquél era el momento . Las tensiones aflojaron y , decidido , pregunté sobre la incógnita que me atornillaba . Sin embargo , a pesar de la exquisita prudencia y de los encarecidos ruegos , volví a estrellarme contra el silencio.
La << pequeña ardilla >> , mejor dispuesta , solicitó solicitó permiso a su hermano con la mirada . Pero Santiago , con una casi imperceptible negación de cabeza , selló los labios y la buena intención de la mujer . La Señora , por su parte , se limitó a bajar el rostro , haciendo causa común .
la impenetrable actitud , en el fondo , ratificaría mis sospechas . Algo grave sucedió en Nazaret.
Y vencido me resigné , a la espera de una nueva oportunidad .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Y el guardián , contrariado por la pérdida del alquiler del cuenco con el incienso y el candil ( una lepta : pura calderilla ) , se alejó hacia la cabaña de troncos de la que habia salido , mascullando algo sobre aquellos << miserables e irreverentes notzrim, incapaces de respetar la tradición de sus mayores >>.
David y Ruth se acomodaron junto al estanque , disfritando de la momentanea paz . Nadie echó de menos al Zebedeo . Supongo que dieron por cierto que continuó hacia el caserón del anciano rofé de Caná.
Santiago revolvió en su petate y repartió algunas provisiones : granos de trigo tostado , tortas de flor de harina amasadas con aceite y un pellizco de hierbabuena , cebollas crudas y una deliciosa y aromática miel de romero .
Y el grupo , hambriento , dio buena cuenta del frugal desayuno .
Aquél era el momento . Las tensiones aflojaron y , decidido , pregunté sobre la incógnita que me atornillaba . Sin embargo , a pesar de la exquisita prudencia y de los encarecidos ruegos , volví a estrellarme contra el silencio.
La << pequeña ardilla >> , mejor dispuesta , solicitó solicitó permiso a su hermano con la mirada . Pero Santiago , con una casi imperceptible negación de cabeza , selló los labios y la buena intención de la mujer . La Señora , por su parte , se limitó a bajar el rostro , haciendo causa común .
la impenetrable actitud , en el fondo , ratificaría mis sospechas . Algo grave sucedió en Nazaret.
Y vencido me resigné , a la espera de una nueva oportunidad .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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