Pensé que estaba equivocado , si bien , al fijarme con más detenimiento , comprendí que no se trataba de un error . No era perejil o hinojo , como creí en un primer momento . Aquellas plantas de un metro de altura , con tallos ramificados , hojas pinnadas y pequeñas flores blancas recién estrenadas , era la Conium maculatum : la célebre y peligrosa cicuta , que probablemente prefirió beber el filósofo griego Sócrates antes de renunciar a su magisterio . Yo sabía de la alta toxicidad de esta umbelífera , rica en << coniína >>, un alcaloide de gran poder narcótico . Pero ¿ qué destino podían darle estos felah ?
Las sorpresas , sin embargo , no concluyeron ahí . Algunos pasos más adelante fui a distinguir otros corros - no menos mimados - de una planta igualmente famosa : la mandrágora , con sus fragantes y anaranjados frutos en forma de ciruela . Esta vez sí entendí la razón de su cultivo . Judíos , griegos , y romanos la tenían en especial aprecio a causa de sus poderes afrodisiacos . Los griegos , por ejemplo , la denominaban la << manzana del amor >>, considerándola un infalible filtro amoroso , previamente empapada en vino . La tradición rabínica iba incluso más allá .asegurando que procedía directamente del Paraíso y que su ingestión , además de curar la esterilidad multiplicaba la riqueza . Sea como fueree , lo cierto es que esta solanácea alcanzaba altos precios en el mercado . Y llegaríamos a descubrir auténticos << especialistas >> en la recolección de estos ejemplares , muy abundantes en cementerios y lugares habituales de ejecución .
Y tras rodear Migdal me incorporé de nuevo a la << vía maris >> , caminando hacia el norte , al encuentro del puente sobre el río Zalmon.
Poco después - rebasada la hora << nona >> <<8 las trres de la tarde ) - , sin un solo tropiezo , conseguía reunirme con el módulo.
La primera exploración << sobre el terreno >> , en principio , podía estimarse como un rotundo exito . Sólo hubo un << detalle >> que nos mantuvo relativamente preocupados : el más de medio centenar de misteriosos orificios y << volcanesque , en efecto , sería confirmado por el << ojo de Curtiss >> esa misma jornada en la cima del Ravid . En el banco de datos de << Santa Claus >> no constaba pista alguna . Y tuvimos que resignarnos , confiando en esclarecer el enigma durante la segunda visita al << portaaviones >>.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Las sorpresas , sin embargo , no concluyeron ahí . Algunos pasos más adelante fui a distinguir otros corros - no menos mimados - de una planta igualmente famosa : la mandrágora , con sus fragantes y anaranjados frutos en forma de ciruela . Esta vez sí entendí la razón de su cultivo . Judíos , griegos , y romanos la tenían en especial aprecio a causa de sus poderes afrodisiacos . Los griegos , por ejemplo , la denominaban la << manzana del amor >>, considerándola un infalible filtro amoroso , previamente empapada en vino . La tradición rabínica iba incluso más allá .asegurando que procedía directamente del Paraíso y que su ingestión , además de curar la esterilidad multiplicaba la riqueza . Sea como fueree , lo cierto es que esta solanácea alcanzaba altos precios en el mercado . Y llegaríamos a descubrir auténticos << especialistas >> en la recolección de estos ejemplares , muy abundantes en cementerios y lugares habituales de ejecución .
Y tras rodear Migdal me incorporé de nuevo a la << vía maris >> , caminando hacia el norte , al encuentro del puente sobre el río Zalmon.
Poco después - rebasada la hora << nona >> <<8 las trres de la tarde ) - , sin un solo tropiezo , conseguía reunirme con el módulo.
La primera exploración << sobre el terreno >> , en principio , podía estimarse como un rotundo exito . Sólo hubo un << detalle >> que nos mantuvo relativamente preocupados : el más de medio centenar de misteriosos orificios y << volcanesque , en efecto , sería confirmado por el << ojo de Curtiss >> esa misma jornada en la cima del Ravid . En el banco de datos de << Santa Claus >> no constaba pista alguna . Y tuvimos que resignarnos , confiando en esclarecer el enigma durante la segunda visita al << portaaviones >>.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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