Y en mi fuero interno elogié la sabiduría de aquella gente . El contenido de las hojas y raíces del malvavisco - rico en mucinas y aceite esencial - resultaba un excelente remediom como calmante de las membranas muciosas y como emoliente o relajante de las regiones inflamadas
En cuanto a la Señora , atendida en todo momento por Ruth y Rebeca , parecía más sosegada . Concluida la primera cura de urgencia a Miriam , tras un breve parlamento , las mujeres decidieron suministrar a María un brebaje que contribuyera a acelerar la cicatrización de la herida . Me alarmé . Y amparandome en la curiosidad , acompañé a la templada y silenciosa Esta hasta las alacenas que se abrían en la cocina -dormitorio .
Tomó una de las jarras de arcilla y fue a verter dos puñados de hojas de un verde intenso y brillante en el puchero que seguía hirviendo sobre el fogón . Y antes de que me atreviera a preguntar , sospechando mis intenciones , aclaró la duda que me intranquilizaba .
Estaba equivocado . Mi traducción no era correcta . Aquellas hojas gasales de largo peciolo , con nerviaciones regulares y de tan luminoso verde , pertenecían a una sanícula , otra plata medicinal rica en saponina , tanino y alantoína , muy abundantes en los suelos de robles y hayas.
Y digo que estaba confundido porque , en realidad , las mujeres no pretendían hacerle beber aquella pócima , sino aprovechar su efecto antiinflamatorio mediante la aplicación de las correspondientes compresas .
Esta debió de captar mi admiración y sonrió con desgana . Dejó reposar la infusión y , provista de varios lienzos , regresó junto a su suegra . Los empapó en el líquido y , sin escurrirlos , sabia y pausadamente , fue depositándolos sobre el rostro.
Había llegado la hora . Y Santiago , avanzando hacia el grupo , habló en los siguientes términos :
- Escuchadme todos ...
El tono empañado por el dolor y una rabia subterránea , no admitía réplicas .
- Por consejo de mamá María tomamos la decisión de dejar el asunto de nuestra permanencia en Nazaret en manos del Padre . Él nos mostrará su voluntad..
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
En cuanto a la Señora , atendida en todo momento por Ruth y Rebeca , parecía más sosegada . Concluida la primera cura de urgencia a Miriam , tras un breve parlamento , las mujeres decidieron suministrar a María un brebaje que contribuyera a acelerar la cicatrización de la herida . Me alarmé . Y amparandome en la curiosidad , acompañé a la templada y silenciosa Esta hasta las alacenas que se abrían en la cocina -dormitorio .
Tomó una de las jarras de arcilla y fue a verter dos puñados de hojas de un verde intenso y brillante en el puchero que seguía hirviendo sobre el fogón . Y antes de que me atreviera a preguntar , sospechando mis intenciones , aclaró la duda que me intranquilizaba .
Estaba equivocado . Mi traducción no era correcta . Aquellas hojas gasales de largo peciolo , con nerviaciones regulares y de tan luminoso verde , pertenecían a una sanícula , otra plata medicinal rica en saponina , tanino y alantoína , muy abundantes en los suelos de robles y hayas.
Y digo que estaba confundido porque , en realidad , las mujeres no pretendían hacerle beber aquella pócima , sino aprovechar su efecto antiinflamatorio mediante la aplicación de las correspondientes compresas .
Esta debió de captar mi admiración y sonrió con desgana . Dejó reposar la infusión y , provista de varios lienzos , regresó junto a su suegra . Los empapó en el líquido y , sin escurrirlos , sabia y pausadamente , fue depositándolos sobre el rostro.
Había llegado la hora . Y Santiago , avanzando hacia el grupo , habló en los siguientes términos :
- Escuchadme todos ...
El tono empañado por el dolor y una rabia subterránea , no admitía réplicas .
- Por consejo de mamá María tomamos la decisión de dejar el asunto de nuestra permanencia en Nazaret en manos del Padre . Él nos mostrará su voluntad..
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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