domingo, 3 de abril de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 5 - El Diario ( 51 )

El ayear y las protestas no conmovieron a la esposa . Y el venial incidente nos relajó , dando rienda suelta al regocijo general .
Las risas , sin embargo , terminaron bruscamente . Y quien esto escribe fue partícipe de un suplicio al que no tendría más remedio que ir acostumbándose .
El diluvio pasó factura . Y un alarmante chorreo se propagó aquí y allá , transformando la apacible vivienda en un atolondrado ir y venir de unos y otras , en un más que incierto empeño por controlar las obstinadas goteras . Vasujas , platos , cántaros y copas fueron repartidos en todas direcciones hasta que , rendido , el jadeante grupo optó por sentarse de nuevo , esquivando con más pena que gloria cada nuevo e irritante goterón . Aquella tragicómica situación - en especial durante la época de lluvias  ( entre octubre  y abril , aproximadamente )- constituía el pan nuestro de cada día para los habitantes de la mayor parte de las achacosas aldeas de Israel .
Y por espacio de casi una hora , mientras la borrasca  descargó sobre Nazaret , cena y conversación fueron irremediablemente << animadas >> por el repiqueteo del agua sobre la arcilla y el metal . Al principio - lo reconozco - no podía dar crédito a la resignada actitud de mis amigos . Pero , como digo , aquello formaba parte de lo cotidiano y no restó apetito ni espontaneidad a los galileos .
Removí la humeante sopa con curiosidad . Miriam , a pesar de las circunstancias , se había esmerado: guisantes , calabaza sin pepitas , una especie de lechuga repollada  y cortada en tiritas , dientes de ajo macerados , cebolla en rodajas y la sabrosa parte blanca de unos enormes puerros .
Me sentí feliz . Y ante la complacida mirada de mis amigos , elogié la buena mano de la cocinera.
El segundo plato no fue a la zaga : croquetas de pescado rebozadas en nueces tostadas y picadas . aquellas bolitas , fritas en aceite profundo , casi me hicieron olvidar donde estaba .
Pero el brusco despertar del Zebedeo me devolvió a la cruda realidad
Ruth y la Señora  , sorteando goteras , se apresuraron a asistirle  . El discípulo parecía notablemente repuesto .
Los vi conversar en voz baja  , aunque  no acerté  a descifrar el contenido del breve parlamento .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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