sábado, 2 de abril de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 5 - El Diario , ( 46 )

La Señora alzó las manos , reclamando compostura . Y la llamita que anidaba la reunión tembló bajo las abiertas palmas , advirtiendo a los presentes . La Gruesa e imperativa voz de María no permitió una nueva desbandada . Y tomando el timón de la conversación , les recordó que aquella << victoria >> sólo podía acarrear disgustos  y un clima mucho más enrarecido . Ni ella misma podía imaginar lo certero de la advertencia...
Jacobo protestó , repitiendo el argumento que les llevó al interior callejón sin salida :
- Mamá María no dejarará su casa y su pueblo ... No lo permitiré .
Miriam , haciendo causa común con su marido , asintió con la cabeza , sin atreverse a abrir los labios.
Santiago , decepcionado por el retorno a la vieja e inútil polémica , manifestó su oposición con rotundos monosílabos .
La pelirroja , angustiada , se limitaba a mover la cabeza , siguiendo las dispares alternativas.
Y el criado y quien esto escribe - abrumados - , temiendo lo peor , asistimos en silencio a lo que parecía una segunda batalla campal
Pero La Señora . endureciendo la mirada y haciendo descender la inflexión de la voz , recuperó el dominio . acallando voces y voluntades . Nunca la había visto tan segura y dominante . Y presumí que algo importante rondaba en su corazón .
- Y ahora escucharme con atención porque no lo repetiré ...
Alisó con calma los negros cabellos e inspiró con ansiedad , como si lo que se disponía a desvelar le fuera arrancado de las entrañas . Los finos labios dudaron . Entornó los párpados y , finalmente , tras una segunda y profunda inspiración , los rasgados y verdes ojos  se abrieron saturados de luz  .
La << ardilla >> , con su afilada  sensibilidad , captó el poderoso esfuerzo de la madre . Y estrechando de nuevo sus manos  la miró asustada .
Nadie respiró
- Durante años , bien lo sabéis  , no comprendí a vuestro Hermano ...El tono se quebró . Y las aletas de la pequeña y recta nariz se estremecieron . Pero sólo fue un instante . Y recuperando el temple  , prosiguió con la vista fija  enla flama de la lucerna .
- Me enfrenté incluso a sus aparentemente absurdas y locas ideas . No sabía de qué hablaba cuando se refería a su Padre Azul ... Peor aún : no quise saber ni entender ....
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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