sábado, 2 de abril de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 5 - El Diario ( 47 )

Dejó volar una pausa . Alzó los ojos y , derramando una seguridad que nos alcanzó a todos , confesó valientemente :
- Pues bien , ahora sí lo sé . Ahora ( demasiado tarde , también lo sé ) comprendo lo que repetía una y otra vez . Comprendo t me avergüenzo por no haber estado de su lado .., por no hacer mía su frase favorita : << Que se haga la voluntad del Padre >>...
La sincera y hermosa confesión- en una mujer que sostuvo hasta el final la idea y la imagen de un Jesús  << libertador político >> - terminó quebrándola . Y cerrando los ojos bajó el rostro . Y las lágrimas hablaron por ella .
Ruth , contagiada , asaltada por un llanto incontenible , la abrazó , besando cabellos , frente , mejillas y manos sin orden ni tregua .
Santiago , con un nudo en la garganta , se refugió en uno de sus gestos típicos : la velluda mano izquierda comenzó a peinar con nerviosismo la canosa y poblada barba . Y los ojos se humedecieron .
Jacobo , blanco como la pared , con la boca entreabierta , buscando aire y fuerzas para no sucumbir a la arrolladora emoción , contemplaba incrédulo la inédita estampa de una María frágil y arrepentida y , al mismo tiempo , audaz y luminosa.
Miriam , copia casiexacta de la madre en lo físico y en lo temperamental , reaccionó como lo habría hecho la Señora si el protaginista hubiera sido cualquiera de los allí presentes : La observó con dulzura y , batiendo palmas , reclamó sosiego , recordando a la de << las palomas ) que aquéllos eran sus hijos y que no debía avergonzarse porque , sencillamente , todos se hallaban en la misma situación . ¿ Quién podía vanagloriarse de lo contrario ? ¿ Quién , entre los familiares del Maestro , le había entendido y socorrido en los años de predicación?
Y la hija mayor , en su afan por reforzar los argumentos , sacó a la luz algo que , obviamente , era nuevo para mí . Y refrescando la memoría  colectiva se refirió - éstas fueron sus palabras - a la << ruptura que dejó aislado a jesús en los primeros días de su vida pública >>.
- No recordáis sus lágrimas - remachó con frialdad - . ¿ Habéis olvidado quizá sus continuos esfuerzos para hacernos ver cuál era su misión ? Y sin embargo que ¿ Qué hicimos ?
Autor: J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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