La decidida intervención del sirviente fue un revulsivo . Miriam se rehizo e imitó a David . El Zebedeo , por su parte , movido por el instinto de supervivencia , se unió a Jacobo , proporcionándole cuantos cacharros se hallaban a su alcance .
El albañil , frenético , animándose y animando a su gente , fue colmando cuencos , platos , cántaros y jarras con lo que tenía a mano : la reserva de vino . Y formando cadena con el resto del grupo , el espeso caldo fue trasvasando hasta el incendio que lentamente retrocedió .
Sólo Ruth , la Señora y quien esto escribe se mantuvieron al margen . La primera , paralizada por el horror . La segunda porque , al descender los peldaños con el fin de colaborar en la extinción , perdió el equilibrio - probablemente a causa de su delicada rodilla -, cayendo de bruces y golpeándose el rostro con la pared lateral de la mesa de piedra . Pero de este accidente nos percataríamos más tarde , cuando el siniestro fue superado . La buena mujer , tratando de no distraer la atención general , guardó silencio y esperó a nuestras espaldas , medio tumbada y bañada en sangre.
El cuanto a este explorador , las razones fueron muy distintas . Aunque mi inmediata reacción fue secundar el ejemplo del criado , en el último instante me detuve . Y lo hice a causa del odioso código de << no intervención >> de Caballo de Troya . El férreo entrenamiento se impuso una vez más . Muy a mi pesar no podía actuar . El incendio , avivado por el colchón de serrín , las virutas y las resecas maderas almacenadas en el taller , cobró fuerza , afectando de forma sustancial al lugar . No debía mover un músculo . Y en mi fuero interno me sentí desolado .
En esta ocasión , sin embargo , mi anormal comportamiento no provocó << efectos secundarios >>. La propia confusión de los allí reunidos me cubrió satisfactoriamente , camuflando mi aparente e inconcebible desinterés . Y cuando , merced al agua y al vino , las llamas retrocedieron , sólo entonces , uniéndome a los gritos y jadeos , me las ingenié para aproximarme a la entrada del taller y , evitando la cadena , arrojar sobre los rescoldos y los estadillos de la agónica madera el << aire >> de unos cacharros ... previamente << vaciados >>.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
El albañil , frenético , animándose y animando a su gente , fue colmando cuencos , platos , cántaros y jarras con lo que tenía a mano : la reserva de vino . Y formando cadena con el resto del grupo , el espeso caldo fue trasvasando hasta el incendio que lentamente retrocedió .
Sólo Ruth , la Señora y quien esto escribe se mantuvieron al margen . La primera , paralizada por el horror . La segunda porque , al descender los peldaños con el fin de colaborar en la extinción , perdió el equilibrio - probablemente a causa de su delicada rodilla -, cayendo de bruces y golpeándose el rostro con la pared lateral de la mesa de piedra . Pero de este accidente nos percataríamos más tarde , cuando el siniestro fue superado . La buena mujer , tratando de no distraer la atención general , guardó silencio y esperó a nuestras espaldas , medio tumbada y bañada en sangre.
El cuanto a este explorador , las razones fueron muy distintas . Aunque mi inmediata reacción fue secundar el ejemplo del criado , en el último instante me detuve . Y lo hice a causa del odioso código de << no intervención >> de Caballo de Troya . El férreo entrenamiento se impuso una vez más . Muy a mi pesar no podía actuar . El incendio , avivado por el colchón de serrín , las virutas y las resecas maderas almacenadas en el taller , cobró fuerza , afectando de forma sustancial al lugar . No debía mover un músculo . Y en mi fuero interno me sentí desolado .
En esta ocasión , sin embargo , mi anormal comportamiento no provocó << efectos secundarios >>. La propia confusión de los allí reunidos me cubrió satisfactoriamente , camuflando mi aparente e inconcebible desinterés . Y cuando , merced al agua y al vino , las llamas retrocedieron , sólo entonces , uniéndome a los gritos y jadeos , me las ingenié para aproximarme a la entrada del taller y , evitando la cadena , arrojar sobre los rescoldos y los estadillos de la agónica madera el << aire >> de unos cacharros ... previamente << vaciados >>.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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