sábado, 2 de abril de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 5 - El Diario ( 48 )

María , secando  el llanto y la pasajera debilidad , se imcorporó al discurso de Miriam , agradeciendo con una temblorosa sonrisa el amor , la comprensión y el respeto de los suyos . Y dejó que la hija concluyera lo que todos sabían  :
- Le volvimos la espalda . Pero aún : murmuramos contra Él , creyéndole loco ...
Me removí inquieto en mi interior . ¿ De qué estaba hablando ? Ninguno de los evangelistas hace alusión al rechazo de su propia familia . No , al menos , con la claridad de Miriam . ¿ De que me asombraba ? ¿ es que no había constatado ya la dolorosa ineptitud de los mal llamados escritores sagrados ? Y en esos momentos imploré a la Gran Inteligencia que nos permitiera continuar con nuestros planes . Ardía en deseos de consumar el tercer << salto >> y verificar por mí mismo lo que realmente sucedió en aquella , al parecer , igualmente manipulada etapa de la existencia del Hijo del Hombre . Y tuve que sujetar mis impulsos . No preguntaría . esta vez no . Prefería descubrirlo personalmente ... , en su momento.
- Está bien - terció al fin la Señora con la voz en reposo -, lo que trato de deciros  es que , a partir de ahora , haré honor a lo que defendió vuestro Hermano . Si es la voluntad del Padre  - el tono se enriqueció con aquella prodigiosa seguridad - me quedaré .
Y extendiendo su dedo índice izquierdo , apuntando al grupo , dibujó un círculo en el aire . cerrando la sentencia sin paliativos :
- Nos quedaremos en Nazaret . Si no lo es , Él se ocupará de mostrarnos el camino ...
¿ La voluntad del Padre ? ¿ Y cómo descifrar algo tan abstracto y aparentemente alejado de la percepción humana ? Las respuestas a las lógicas interrogantes  de este perplejo explorador irían llegando poco a poco . Sobre todo , , a lo largo de la inolvidable  peripecia en el tercer y próximo << salto >> en el tiempo . Pero debo contenerme ...
Y se obró el milagro . El contundente lenguaje de la Señora  , amparado por un convencimiento que , sin duda , yacía dormido en su corazón , tuvo una respuesta  unánime  e inmediata . Nadie torció el gesto o insinuó siquiera la más leve  oposición . Y aceptando que estaban ante la fórmula  que habría agradado al desaparecido Hermano , adoptaron la resolución de esperar y ver en qué desembocaba aquel clima hostil que respiraba parte de la aldea .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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